lunes, 30 de mayo de 2016

3. MADRE.-.4 PADRE.- 5 LA FÉ

3 - MADRE
María. Seducida fuiste por un Señor que no conocías. Sorprendida por tan extraña situación, convertiste tu cuerpo en prodigioso receptáculo. En tus dormidos pechos mamé a sorbos lentos la simiente que en tu especial regazo germinaba. Y en aquella humilde cueva -toda sencillez y ternura- la gloria y esplendor de tus ojos pasaron a los míos en suave balanceo de afortunado amor. ¡Cuánto me costó comprender lo que aquello significaba!


4 - PADRE
José. No gozaste el placer de engendrarme y el suceso puso sombras en tu costado. El germen de repudio que en ti brotó lo disipó un ángel en un sueño placentero. Y aquel extraño sufrimiento de hombre solitario, que golpe a golpe te atormentaba, lo convertiste en ofrenda familiar. A veces, de un humilde padre adoptivo se recibe más cariño que del rico que te ha olvidado.


5 - LA FE
No la busques a la fuerza; la fe religiosa es un don gratuito y un regalo su presencia. Búscala sin prisas, con la esperanza del escalador que con la cima sueña; con la alegría del niño que un nuevo juguete espera.
No la busques en palacios ni dentro de las iglesias; búscala junto al que sufre y humildemente espera; unido al que busca la libertad que otros con mando secuestran.
Si la descubres no la conviertas en árbol sin fruto ni sombra; en río sin el cantar de su agua; en un amor sin pasión ni pena.
Convierte su luz en hechos, en obras de ayuda sincera; en voces silenciosas que ayuden sin esperar recompensa.
Mas si su fulgor te esquiva, no desesperes; al final, quien tenga las manos limpias de incendios y quejas, alcanzará la paz que ansioso busca: el sueño invisible de la gran aurora.

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